El jabalí de erimanto - José Luis Zárate

EL JABALÍ DE ERIMANTO
José Luis Zárate

El Argos se perdía en el horizonte, rebosante de héroes, entre ellos Hércules que se había embarcado después de haber cumplido con el trabajo encomendado.
La orden era capturar vivo al jabalí salvaje de Erimanto, y vivo lo llevó hasta el centro de Micenas donde lo dejó amarrado en el mercado.
Jasón y sus hombres se encontraron con Hércules y se dedicaron al vino y a las mujeres, y antes de que nadie se diera cuenta el jabalí fue dejado atrás, olvidado como quien deja una gallina que no le interesa.
Si el monstruo llegaba a desatarse Micenas misma sería destruida.
Mil miedos se acercaron armados de lanzas y cuchillas.
Mil temores apuntaron las temblorosas armas.
Muerta la bestia se fueron a la cama esa noche sintiéndose fuertes e invencibles. Hércules durmió esa noche en cada una de las camas de Micenas.

Ilustración: Salvador Dalí