miércoles, 27 de agosto de 2008

¡Que bueno es! - Ramón San Miguel




El hombre saca un enorme cuchillo y lo blande como un autentico profesional. En su cara pálida se puede leer su decisión de usarlo. Se adelanta un paso hacia mí, y con un gesto rápido lo hunde en mi pecho, hacia el corazón. Noto la hoja pinchando primero, abriéndose camino después. Siento como se desliza por el espacio entre las costillas, como traza su línea mortal y alcanza mi corazón. Pero no llego a notar como lo corta en dos… mi brazo se extiende, aferra el cuello del hombre y lo parte con un satisfactorio crujido. Mi boca se abre, presta a comer su fresca y deliciosa carne…
Es bueno ser un zombie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya lo creo que es bueno ser un zombie...aunque son un poco guarrillos....ja,jas