Este mensajero sólo entrega cartas mortales: los destinatarios las abren y caen muertos en cuanto ven el contenido. Como tú ya intuyes el desenlace, sobra decir que cada misiva explica con detalle sus motivos: infarto, muerte cerebral, el veneno atrasado de una venganza.
Pasemos pues al final, que ya conoces: el mensajero saca de su bolso un sobre; lee el nombre, se queda perplejo: duda. ¿Debe entregar esa carta? Pensarás que ha visto el nombre de su mujer o hasta el suyo propio, y te quedarás tranquilo, creyendo que descifraste el trágico destino del cartero.
Desconoces que, justo ahora, lamentándose por el lector de su historia, se dispone a tocar tu puerta.
Pasemos pues al final, que ya conoces: el mensajero saca de su bolso un sobre; lee el nombre, se queda perplejo: duda. ¿Debe entregar esa carta? Pensarás que ha visto el nombre de su mujer o hasta el suyo propio, y te quedarás tranquilo, creyendo que descifraste el trágico destino del cartero.
Desconoces que, justo ahora, lamentándose por el lector de su historia, se dispone a tocar tu puerta.
Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario