Enfurecido, volví al lugar donde fui atacado, con sed de venganza y el peso de una pistola. Lo vi y avancé contra él. Pero no sirvió de nada. Recién en ese momento tomé conciencia de estar muerto. Apenas era un fantasma.
Sobre el autor: Carlos Feinstein
Sobre el autor: Carlos Feinstein
2 comentarios:
Excelente, siempre me estrmece la sed de venganza de un fantasma...
Gracias María!!!
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