domingo, 17 de agosto de 2008

Adonai - Isidoro Blaisten


ADONAI
Isidoro Blaisten

Adonai iba por el mundo vendiendo las tablas de la ley.
Las llevaba sobre el hombro y pregonaba:
—A dié la tabla de la ley, a dié.
Nunca nadie le compró nada.
Pero cuando murió, un carpintero que también era hebreo escribió su nombre como escriben los hebreos, de derecha a izquierda. Nunca nadie alcanzó a entender qué quería decir esa palabra escrita sobre la losa con el lápiz de carpintero: IANODA.
Pero eso sí: nadie se animó a borrarla. Ni siquiera la lluvia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uh, sólo podría opinar del graffiti.