CONVIVENCIA
Luis Solepow
Aprendí a convivir con criaturas de cristal y azogue. A fin de cuentas, me dije, esto no es más loco que leer a Rimbaud. Los primeros tiempos fueron penosos; no me parecía estar en una novela, y llegué a suponer que no lo era, y si lo era yo no conocía el título y el autor. Pero capturé una pista cuando las piernas me condujeron a una habitación cubierta de linóleo que se pegaba a las plantas de mis pies; avancé a través del denso calor amarillo y formulé la pregunta clave. ¿Qué mierda pasa? ¿Han descubierto que estamos en el umbral del universo? ¿Temen la competencia, decidieron frenarnos? La respuesta fue tan desagradable como el dolor de una muela cariada.
—Esto es ficción, ficción barata, como la de las revistas con tapas de monstruos.
Decidí que sabía en qué novela estaba. Aunque tal vez...
1 comentario:
Me sonaría a crítica (?), pero parece que no le encuentro el sentido.
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