CRIPTOZOO
Jorge Martín
Guarda un secreto y sólo lo muestra cifrado cuando sus brazos se deslizan y sus caderas reptan. No es solo la carne reluciente, es el aire que se vuelve espeso y la mirada que atraviesa las pieles gruesas y se instala en los huesos. En dos movimientos completos, como los expertos ladrones, se alza con el botín y todas las palabras convergen en un gesto vacío. Ella es la noche de los que se abren gustosos a su voraz apetito y aprecian el mordisco que los reparte. En fila, adoran que los envuelva y con el abrazo y la mirada sostenida se van y se hacen uno con ella. Debajo de ninguna piedra esta el sortilegio que la azote, ni el llanto que la detenga. ¿Quién es?
Jorge Martín
Guarda un secreto y sólo lo muestra cifrado cuando sus brazos se deslizan y sus caderas reptan. No es solo la carne reluciente, es el aire que se vuelve espeso y la mirada que atraviesa las pieles gruesas y se instala en los huesos. En dos movimientos completos, como los expertos ladrones, se alza con el botín y todas las palabras convergen en un gesto vacío. Ella es la noche de los que se abren gustosos a su voraz apetito y aprecian el mordisco que los reparte. En fila, adoran que los envuelva y con el abrazo y la mirada sostenida se van y se hacen uno con ella. Debajo de ninguna piedra esta el sortilegio que la azote, ni el llanto que la detenga. ¿Quién es?
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