sábado, 16 de agosto de 2008

Cumplir la ley - Sergio Gaut vel Hartman

CUMPLIR LA LEY
Sergio Gaut vel Hartman

El acusado fue conducido al banquillo de los ídem por cuatro guardias esmirriados y canijos, vestidos con el uniforme reglamentario de los ratones de biblioteca.
—¿Qué alega? —tronó el juez escupiendo torrentes de saliva; estaba furioso.
—Nada. Me siento ante la página en blanco y no se me ocurre nada. Escribir no es un acto de la voluntad. O por lo menos no es sólo eso; hay que tener inspiración, talento, ganas...
—¿Sabe cuál es la pena para este delito?
—Lo sé, pero si ajustician al último escritor, aunque esté pasando por un momentáneo periodo de parálisis creativa, se tendrán que limitar a leer libros viejos.
—No nos importa. Dura lex, sed lex. Será como cuando se extinguieron las chicas. ¡Al paredón!

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se me ocurre ningún comentario.