domingo, 10 de agosto de 2008

Desengaño - Ambrose Bierce


DESENGAÑO
Ambrose Bierce

Un Perro que había estado persiguiendo su propia cola abandonó la caza y se echó a reposar, encogido. En la nueva postura, descubrió que la cola estaba al alcance de sus dientes. La mordió con avidez, pero la soltó de inmediato, respingando por el dolor.
—Después de todo —dijo—, hay más alegría en la persecución que en la posesión.


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