DESENGAÑO
Ambrose Bierce
Un Perro que había estado persiguiendo su propia cola abandonó la caza y se echó a reposar, encogido. En la nueva postura, descubrió que la cola estaba al alcance de sus dientes. La mordió con avidez, pero la soltó de inmediato, respingando por el dolor.
—Después de todo —dijo—, hay más alegría en la persecución que en la posesión.
Ambrose Bierce
Un Perro que había estado persiguiendo su propia cola abandonó la caza y se echó a reposar, encogido. En la nueva postura, descubrió que la cola estaba al alcance de sus dientes. La mordió con avidez, pero la soltó de inmediato, respingando por el dolor.
—Después de todo —dijo—, hay más alegría en la persecución que en la posesión.
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