lunes, 4 de agosto de 2008
Hombre sin sombra - Olga A. de Linares
HOMBRE SIN SOMBRA
Olga A. de Linares
La sombra, con mucho cuidado, desenganchó sus pies de humo de los otros, tan carnales, a los cuales estaba atada desde siempre y se alejó, exactamente como lo que era.
Al derivar sobre la acera parecía una nube diminuta, un fantasma de cenizas, un trazo de carbonilla fugitivo.
A su paso, el calor de enero se enfriaba sobre las baldosas amarillas, como si hubiera caído una súbita escarcha oscura.
Sin notarlo, la sombra marchaba rápidamente, sintiéndose más y más liviana a medida que la distancia crecía. No pensó ni por un instante en el hombre, al que desde entonces todos acusan de haber hecho un pacto con el Diablo.
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