LA NINFA RUBIA
Juan-Jacobo Bajarlía
En el siglo VI antes de Jesucristo, un constructor de Éfeso se acopló las alas de un águila y se adormeció en una colina. Soñó que volaba hacia la región de Zeus, donde el gran dios lascivo le entregaba una ninfa rubia y un tizón y luego lo precipitaba en una zona oscura. Cuando despertó, su cuerpo estaba llagado. Acaso el sol... O algún otro elemento.
De
Historias de monstruos.Ilustración: acuarela de Ulpiano Checa
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