¡NO TE MUERAS NUNCA!
Ricardo Giorno
¿Cuántas flechas con curare, cuantos jaguares, anacondas y pirañas pasaron para que él fuese tratado como un dios? Un falso y repugnante dios, él replicaba siempre, tratando de hablar del Verdadero. Ahí, en medio de la selva amazónica, su último refugio.
Pero se había dado por vencido.
Aniquilado su raciocinio por el peso de los años: el que no podía morir avanzaba por la espesura amazónica, girando en un círculo que le sabía infernal. Ya no se molestaba en comer, beber, o dormir. Sólo deseaba la locura del olvido hasta que Él regresara y por fin le dijese:
—Lázaro, acuéstate y muere.
Ilustración: Juan Gris, El sifón, 1913.
Ricardo Giorno
¿Cuántas flechas con curare, cuantos jaguares, anacondas y pirañas pasaron para que él fuese tratado como un dios? Un falso y repugnante dios, él replicaba siempre, tratando de hablar del Verdadero. Ahí, en medio de la selva amazónica, su último refugio.
Pero se había dado por vencido.
Aniquilado su raciocinio por el peso de los años: el que no podía morir avanzaba por la espesura amazónica, girando en un círculo que le sabía infernal. Ya no se molestaba en comer, beber, o dormir. Sólo deseaba la locura del olvido hasta que Él regresara y por fin le dijese:
—Lázaro, acuéstate y muere.
Ilustración: Juan Gris, El sifón, 1913.
2 comentarios:
¡Muy bueno, Ric!
Muchas gracias, Olga
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