jueves, 21 de agosto de 2008

Pecado carnal - Olga A. de Linares

PECADO CARNAL
Olga A. de Linares

Todo porque a él no le gustaban las verduras. No le importó que tanta carne grasienta le aumentara el colesterol, con las consecuencias que él, el sabelotodo, bien debe conocer. Yo quisiera que me digan si no se les hubieran volado los pájaros también a ustedes, de haber estado en mi lugar.
Pregunto: ¿qué le costaba recibir mi cosecha, darme una palmadita de aliento? Pero no, ¡tuvo que poner esa cara de asco! ¡Insoportable! ¡Y adelante del olfa de mi hermano, que le trajo flor de parrillada!
Cuando volvíamos, el infeliz entró a cargarme de lo lindo... ¡Las barbaridades que dijo respecto a lo que podía hacer con los frutos de mi huerto! Uno no es de fierro, vean. Así que sí, es cierto, le partí el mate.
Pero si la culpa no fue toda de ellos... yo dejo de llamarme Caín.

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