domingo, 17 de agosto de 2008

Seducción - María del Pilar Jorge



Ayer fui feliz, supe que estaba viva y era hermosa. Mi voluntad se diluyó bajo su mirada seductora. Cedí al abrazo tentador y, estremecida por sus besos, experimenté inesperadas sensaciones. Pero sus caricias hicieron surgir en mí una sed nueva. Busqué a mi compañero. Él primero se asustó, quiso huir, pero luego cedió a mis súplicas y sus manos temblorosas dibujaron caminos en mi cuerpo. Hoy me descubrí desnuda y sentí vergüenza. El hombre me arrastra tras de sí con ira contenida. Yo sólo sé que mi nombre es Eva.

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