TOC
Roberto Ortiz
Cuando me diagnosticaron el Trastorno Obsesivo Compulsivo, o simplemente TOC, lo primero que hice fue acabar con mis problemas. Y lo hice de la forma más certera: los guardé en un cubo de cartón, de esos que traen réplicas de héroes y malvados. Enseguida cancelé mis citas, ayudado por un inmenso reloj de arena y de un calendario con figuras chinescas. No me molesta tanto, para que lo sepan, el diagnóstico, mas bien la apatía de quienes dicen quererme.
Ahora sé que estoy sana, sin problemas ni cónclaves. Atestiguando, eso sí, los dos cadáveres que se resisten a ser enterrados. Estoy cansada de hacer el hoyo una y otra vez y juro que si esta noche salen, me veré obligada a no escribir jamás.
Cuando me diagnosticaron…
1 comentario:
Un coqueteo lisérgico, me dio la impresión.
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