UNO DE MARCIANOS
Ricardo Bernal
Cuando llegaron los marcianos, nadie se sorprendió de su color verde, ni de su baja estatura, ni de que tuvieran nariz de corneta, ojos saltones y antenas de grillo. Tampoco se nos hizo raro que sus platillos voladores fueran esos discos dorados y plateados de los que tantas fotografías hemos visto desde los años cincuenta. Lo verdaderamente extraño fue que en vez de dirigirse a los líderes políticos y religiosos del mundo para dar su mensaje de amor universal, o enseñar a los humanos tecnologías avanzadas para conquistar el espacio, se dedicaran a recolectar todos los cómics de superhéroes que encontraron en las tiendas. Y así, felices con su cargamento, partieron de regreso a Marte donde seguramente hay escasez de talentos.
jueves, 21 de agosto de 2008
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