viernes, 1 de agosto de 2008

We're all mad here – Saurio


Contrariamente a lo que había predicho la teoría, cuando abrieron la caja no encontraron ni a un gato vivo ni a un gato muerto sino a una enorme sonrisa que flotaba y que se desvanecía en el aire.

1 comentario:

María del Pilar dijo...

Muy ingenioso lo suyo, don Saurio.
El gato de Schrödinger con el gato de Alicia. Aplausos