El amigo Sergio se compró una crêpe en las Tullerías, hizo su cola y pagó diez francos de aquel entonces por cada una. Fue a sentarse como lo había soñado. En eso, una joven hermosa se sentó a su lado, pidiéndole que le señale en el mapa dónde encontrar la librería Shakespeare. Como buen turista, Sergio sabía dónde; apoyando el plato hacia su otro costado, señala a la bella la dirección, insistiéndole que él, no bien terminara su crêpe, iría a tomar el té allí. Sin embargo ella, aunque sonrió, lo dejó y desapareció en el aire convertida en gorrión. Cuando Sergio se dio cuenta del engaño, alcanzó a divisar un par de gorriones pedigüeños que habían comido de su plato mientras el gorrión de París les cubría. No le quedó más remedio que comprar otra crêpe y olvidar un próximo encuentro con esa beldad abusadora.
Foto Marina Miani
2 comentarios:
Precioso cuento, Ranea. Me pareció una joyita.
Gracias Nanim! Muchas. Ogui
Publicar un comentario