Lo soñé de espaldas y de costado, me soñó encorvada, enmascarada. Lo soñé distinto, me soñó escondida. En el último sueño quedamos en encontrarnos, despiertos, en un bar de la calle Anchorena. Fue difícil reconocernos, hacía frío, nos aburrimos, no nos gustamos y de común acuerdo decidimos no volver a encontrarnos. Y sin embargo, ya ves.
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