sábado, 25 de abril de 2009

Jugando a Rodin - Diego Muñoz Valenzuela


Se enamora de la estatua de mármol. Allí permanece, inmóvil, enloquecido de pasión, consumido por el deseo. Con el paso de las horas va petrificándose. Se desnuda y se aproxima a la mujer, la abraza, la anuda con sus piernas y sus brazos. Se torna blanquecino, marmóreo. Los guardias recogen las ropas abandonadas y cierran la galería.


Tomado de http://www.diegomunozvalenzuela.blogspot.com/

No hay comentarios: