SUBRREAL
Sergio Gaut vel Hartman
La espera es azul, suena como piedra y huele a hueco. Un nombre antiguo se agita y otro, o el mismo, atado a una promesa, destroza las palabras que lo tenían sujeto. Espeso una mujer líquida y mis manos se hunden en ella; busco el dolor descascarado. Entonces, usando la última hendidura viva del cerebro, advierto que lo subrreal subordina a lo real y lo somete. Las primeras palabras anidan en las alas de un anzuelo pescador del aire, que dibuja diez frases sin sentido en la piel de un elefante. Las siguientes le dan vida a un final apresurado.
—Necesito bajar al sótano —digo, casi sin respirar.
—Venga —responde el sótano—, tengo las palabras que busca.
—¿Las conoce?
—Como si las hubiera pensado yo: húmedo, caliente, profundo, resbaladizo, absoluto.
—El número es cinco, es cierto —digo, y me pierdo en el laberinto.
1 comentario:
Muy bueno. Me encantó
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