Se aseguró que no hubiera luces en el departamento 6. Abrió con sigilo la puerta de la que se había hecho una llave. A tientas recorrió el lugar, sorteando todos los obstáculos como los recordaba. Al llegar al lugar que él conocía, encendió la linterna, se vio en ese espejo antiguo y disparó los seis tiros de su revólver. Al caer el espejo, el asesino desapareció hecho mil pedazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario