Las ventanas ansían contar historias. Los espejos se limitan a repetir lo que ven pero ellas siempre buscan un detalle exacto que dice más de lo que muestra. Creemos ver a través de ella la ciudad, la soledad, la distancia, el olvido pero no vemos más que una anécdota a medias.
Si uno se asoma al millón de ventanas abiertas en la ciudad tal vez podría ver al millón de almas absortas que escuchan una historia sin saber siquiera si tendrá final feliz.
Tomado de: http://zarate.blogspot.com/
1 comentario:
Genial, como siempre.
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