El incidente del mono - Héctor Ranea
El explorador Nukak que se hacía llamar ojo de mono, iba con su prole escrutando las copas de los árboles para enseñarles cómo encontrar los monos arahuacos para comer. De atrás de un árbol gigante, surgió un mono nunca visto, sin pelo, rosado como la carne. El guerrero creyó que el mono no tenía piel y se le acercó amistoso tendiéndole la mano aunque éste pronunciaba palabras ininteligibles. Los niños se le acercaron sin miedo y al mono sin pelos le saltaron lágrimas, pero poniendo la boca como los Nukak cuando ríen. El explorador lo vistió en sus partes y lo llevó a su aldea, le dieron comida y lugar donde dormir. Al día siguiente el mono pálido se fue solo. El explorador cree que encontraron un mono loco.
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