jueves, 4 de junio de 2009

Beber tu cuerpo - Sarko Medina Hinojosa


Se acercó lentamente a esos labios que se teñían de rojo con una lentitud excitante… pensó por un instante que lo que iba a hacer no era natural, pero —¡que más natural que beber el jugo del propio cuerpo humano!— se respondió a sí mismo mientras hundía su rostro en ese específico lugar.

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