Un disparo seco y estruendoso sacude la biblioteca. El mayordomo sube corriendo y encuentra a su señor en el suelo, desangrándose. Junto a él hay una nota manuscrita donde explica las razones del suicidio.
El mayordomo baja corriendo hasta el jardín, le quita la correa al perro y le da una orden corta y perentoria. El perro jadea en silencio hasta la biblioteca, se devora el manuscrito y vuelve al jardín. Recibe, como recompensa, un par de frías caricias en el lomo.
1 comentario:
Muy muy bueno.
Me ha gustado mucho.
Te deja con ganas de seguir imaginando el antes y el después.
Un abrazo
Joan
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