Ocurre que la Luna, como cualquier otro cuerpo, también es hueca y por sus cavidades circula la historia llena de recuerdos que refieren a grandes ciudades sumergidas en extensiones de polvo que propician el olvido y constantemente se están tragando todo y los meteoritos no son más que movimientos de la memoria que desde la lejanía golpean la superficie con intención de perforarla y hacer que todo surja y se restablezca.
Del libro "Crónicas fatales escritas desde la luna", Colección El Rey Tuerto, Parque Chas Ediciones, con autorización del autor.
Mural: "Origen", de Sonia Pezzano y Paula Echarren, Carmen de Patagones.
Mural: "Origen", de Sonia Pezzano y Paula Echarren, Carmen de Patagones.
2 comentarios:
Muy bueno...linda analogía...
La Luna es espectadora y protagonista al mismo tiempo...de su vida y de la de otros...
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