Gregor entró al burdel.
—Sáquese el sombrero, no sea grosero —dijo la madama.
—¿Habrá una chica que quiera hacer el amor conmigo? —dijo el monstruoso insecto.
—Son tres mil coronas —dijo la madama tendiendo la mano.
Gregor pagó sin chistar, pero cuando vio que le había tocado una mantís religiosa puso el grito en el cielo.
—¿Se está burlando de mí?
—Señor —dijo la madama—: esto es un burdel respetable, no la facultad de entomología de la Universidad de Praga. Si usted va a ser tan riguroso con las chicas…
—Sáquese el sombrero, no sea grosero —dijo la madama.
—¿Habrá una chica que quiera hacer el amor conmigo? —dijo el monstruoso insecto.
—Son tres mil coronas —dijo la madama tendiendo la mano.
Gregor pagó sin chistar, pero cuando vio que le había tocado una mantís religiosa puso el grito en el cielo.
—¿Se está burlando de mí?
—Señor —dijo la madama—: esto es un burdel respetable, no la facultad de entomología de la Universidad de Praga. Si usted va a ser tan riguroso con las chicas…
Imagen: Girls de Anna-Maija
5 comentarios:
ja, ja Debe haber desistido, de lo contrario la historia no sería como la conocemos
Impresionante, Sergio. Es complicado lograr algo tan original con la cucaracha más famosa y trillada de la literatura.
Un saludo.
Jajaja muy bueno, si es que hay que aprender a pagar después de al menos mirar el producto!:D
¡Qué grande!
GENIAL.
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