Un señor estaba en la esquina de la barra de un bar. Solo y tomando. Llevaba así un buen tiempo. La gente entraba, se reunía en grupos, charlaba, discutía, vociferaba, salía, mientras él permanecía allí, en su esquina. Otra copa, señorita. En cierto momento, el señor abandonó su esquina, se dirigió en zigzag a una de las mesas del local, y consiguió hablar así:
—Oiga, vengo observándole hace rato, ¿cómo es que usted no bebe?
—Amigo, solo estoy en su mente. Comenzó a verme en el segundo trago de la tercera copa. Así que, ya que me imaginó, no venga a darme la lata y déjeme con el partido en paz.
2 comentarios:
Amigo Rasero, soy la chica que está en la mente de su personaje. He venido a felicitarlo.
muy bueno...saludos
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