domingo, 10 de agosto de 2008

Borges y Cortázar - Gerardo Horacio Porcayo


BORGES Y CORTÁZAR
Gerardo Horacio Porcayo

—De Rayuela y tus otras novelas, lo entiendo —argumentó Borges, tratando de extender ese lapso sin recriminaciones y torturas—. Pero, ¿cómo has hecho pasar tus Cronopios y Famas? ¿Cómo, para lucir este extremo de gala?
—Y qué sé yo. Dejale eso a él. Mi teoría es que se ha reído un buen rato.
—¿Acaso debería, entonces, intentar ahora el humor?
—Che, vos me publicaste el primer cuento, pero no me diste cátedra. Lo más que digo es que vos deberías disfrutar esto. Tenés la eternidad y suficientes páginas para pasártela monstruo... Mejor cebemos mate.
Tan pronto salió Cortázar, en el látigo de su carcelero, Borges descubrió el nuevo argumento. Y siguió escribiendo.

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