EN UN LUGAR DE LA BIBLIOTECA CUYO NOMBRE NO RECUERDO
Saurio
El hombre vestido de militar acomodaba las tropas en miniatura desplegadas en su jardín.
—Interesante pasatiempo —dijo el de la armadura desastrada.
—Más bien una obsesión, como usted con los libros de caballería.
A lo lejos pasó un gigante, botella en mano, gritando: —¡Quien el culo se limpia con papeles, de la basura se dejará caireles!
El hombre de la armadura tomó su lanza y subió a su caballo: —Non fuyades, cobarde y vil criatura; que un solo caballero es el que os acomete.
—¡Siempre igual! —suspiró el militar—. ¡Cuándo será el día que los tres podamos conversar en paz! —Y silbando "Lillabullero" volvió a sus tropas.
Ilustración de Gustave Doré.
3 comentarios:
¡Me encantó!
Pato.
Felicitaciones de nuevo, ya que lo hice en mi propio relato.
A proposito ¿Que tal estaría un cuento con mi firma que se llamara " este es el cuento Número 1500" ?
Su pluma destila cultura, don Saurio...
Y además, ¡me gusta lo que escribe!
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