martes, 5 de agosto de 2008
Escape en el Ártico - Roberto Ortiz
ESCAPE EN EL ÁRTICO
Roberto Ortiz
La época de pesca había terminado. Las largas travesías río arriba aún retumbaban en su cerebro. ¿Volverán?, se preguntó mientras corría, resbalando a causa del deshielo. Unas cuantas grullas estiraban sus cuellos, como estatuas de sal, indiferentes, ufanas; otras escondían sus cabezas entre sus míseras piernas, como postes etruscos a la deriva, intuyendo el final. La hora azul atestiguaba estas inclemencias como una madre sufriente en la hora de la crucifixión.
Nadie dirá que el cazador subió a la montaña. No nacerá la voz que arremolina las estrellas.
El cazador blanco y jadeante pronunció esta frase como un estallido. Detrás de él la gran ola radioactiva y delante los pastizales. Recuerdos de primaveras, de rancias sinfonías en tempo moderato y abundancia de salmones.
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