HABÍAN SIDO OCHO
Carmen Courtaux
Carmen Courtaux
Blancanieves estaba agotada. El enano más viejo, misógino empecinado, le hacía la vida imposible.
—¡La sopa está fría! ¡Los vasos se ponen delante del plato y no al costado! ¡Has corrido la mesa diez centímetros! ¿Es que no puedes hacer nada bien? ¿Lo haces a propósito para molestarme?
Harta, lo agarró de las solapas, lo metió en la leñera y cerró la tapa. Satisfecha, se fue tarareando al bosque llevando la merienda para los siete enanitos.
—¡La sopa está fría! ¡Los vasos se ponen delante del plato y no al costado! ¡Has corrido la mesa diez centímetros! ¿Es que no puedes hacer nada bien? ¿Lo haces a propósito para molestarme?
Harta, lo agarró de las solapas, lo metió en la leñera y cerró la tapa. Satisfecha, se fue tarareando al bosque llevando la merienda para los siete enanitos.
4 comentarios:
Je, je, je, entonces es cierto lo que dicen de que los cuentos infantiles en realidad no lo son.
Buena vuelta de tuerca, Carmen.
¡Perfecto! para mí, ese era el enano fascista, así que ¡aplausos para la niña!
Me encantó, desde ya lo añado al original.
Buenísimo! Me encantó la reacción de ella. (De armas tomar la princesa...)
Pato.
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