LA PESCA
María del Carmen Arellano
El tiburón que los pescadores cogieron entre sus redes les puso una sonrisa en el rostro. Imaginaron al comprador y sus fajos de dinero. El tiburón por su parte se limitaba a boquear y a moverse desesperado, tratando de escapar de las redes.
Cuando lo lanzaron a la playa y se llenó de arena murió. No tuvo el suficiente aliento para ofrecer a los pescadores un deseo a cambio de su libertad.
María del Carmen Arellano
El tiburón que los pescadores cogieron entre sus redes les puso una sonrisa en el rostro. Imaginaron al comprador y sus fajos de dinero. El tiburón por su parte se limitaba a boquear y a moverse desesperado, tratando de escapar de las redes.
Cuando lo lanzaron a la playa y se llenó de arena murió. No tuvo el suficiente aliento para ofrecer a los pescadores un deseo a cambio de su libertad.
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