
En los bebés, los dientes son una molestia. Cada vez son menos las madres adoptivas que mantienen la costumbre instintiva de dejar que sus criaturas se prendan de la teta y succionen. La facilidad que hoy brindan una mamadera con mordillo o una buena yugular humana, están echando a perder esta sana práctica ancestral incluso entre los vampiros de alto linaje.
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