TIENE UN POTE DE PINTURA NEGRA Y UN PINCEL MUY FINO
Eduardo Abel Gimenez
Tiene un pote de pintura negra y un pincel muy fino. Empieza a trazar figuras sobre la pared blanca. Figuras delicadas, pequeñas, llenas de detalle. Después de varias horas la pared está cubierta por una filigrana de líneas y puntos, y, sin embargo, no queda satisfecho. Agrega detalles aquí y allá, rellena espacios, prolonga líneas, redondea vértices y pone puntas a los círculos. Cada vez es más difícil ver lo que hace, porque el negro va cubriendo la superficie entera. Pero sigue, porque lo tiene todo claro en la imaginación. Y así llega el momento en que la pared completa está negra. Entonces limpia el pincel como para empezar otra vez, y va a buscar un pote de pintura blanca.
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