VIVIR CIEN AÑOS
Santyago Moro
El día en el que el Diablo me preguntó qué quería a cambio de venderle mi alma, no lo dudé: vivir cien años. Tendría que ver a los míos sufrir y era consciente de que el Maligno se apuntaba un tanto a mi costa en su lucha contra el Bien, pero, ¿quién no obviaría esos “efectos colaterales” sabiendo que iba a llegar al siglo de edad pleno de salud y vigor?
Cuando cumpliera los cien años, nada podría impedir que muriera. Yo miraba de reojo a mis semejantes, cuya esperanza de vida era de apenas ochenta.
¿Por qué me siento ahora ridículo y traicionado?... Hace un año, llegaron “ellos”. Venían de un mundo muy lejano y, como muestra de su buena voluntad, legaron al Ser Humano un maravilloso descubrimiento: el secreto de la droga capaz de prolongar nuestras vidas más allá de los cuatrocientos años…
Santyago Moro
El día en el que el Diablo me preguntó qué quería a cambio de venderle mi alma, no lo dudé: vivir cien años. Tendría que ver a los míos sufrir y era consciente de que el Maligno se apuntaba un tanto a mi costa en su lucha contra el Bien, pero, ¿quién no obviaría esos “efectos colaterales” sabiendo que iba a llegar al siglo de edad pleno de salud y vigor?
Cuando cumpliera los cien años, nada podría impedir que muriera. Yo miraba de reojo a mis semejantes, cuya esperanza de vida era de apenas ochenta.
¿Por qué me siento ahora ridículo y traicionado?... Hace un año, llegaron “ellos”. Venían de un mundo muy lejano y, como muestra de su buena voluntad, legaron al Ser Humano un maravilloso descubrimiento: el secreto de la droga capaz de prolongar nuestras vidas más allá de los cuatrocientos años…
1 comentario:
La ambición y el deseo de ver sufrir jaja se lo chingaron… lástima y no puede reclamar un reembolso.
Saludos
Publicar un comentario