SUEÑO CORTADO
Juan Torchiaro
El degollador de una republiqueta se había quedado dormido. Ante sus ojos cerrados desfilaron una vez más, cumpliendo con ese diario ritual, todas las gargantas abiertas por su mano. Luego, el sueño se le hizo profundo. Soñó con un paisaje luminoso surcado por un arroyo. Con sus seres queridos que no eran muchos. Un bosque con los rayos del sol filtrados por el follaje. Eso iba soñando y, a medida que se adentraba en ese bosque, veía que los troncos de los árboles habían sido hachados salvajemente y por las rajas perdían la savia a borbotones. Algunos caían cerrándole el camino. Quiso correr pero en los sueños es casi imposible. Quiso gritar para despertarse, pero no pudo. Entonces sintió el gusto de las lágrimas salidas de sus ojos, tan abiertos y percatados de la daga con que el nuevo degollador acaba de abrirle la garganta.
1 comentario:
Terrible tema. muy buen relato
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