VERDUGO
María Castejón
Sé cuando va a llover. Siempre me duelen las manos un rato antes y ahora noto esa misma sensación. Es como si las articulaciones se abrieran ligeramente cuando sujeto algo con más firmeza de lo habitual. Me hago viejo y algún día tendré que retirarme. No tengo quien me sustituya, los jóvenes no quieren el trabajo manual, prefieren las oficinas y los ordenadores. Es tiempo de buscar un aprendiz. Esta noche, después de la tormenta, robaré un niño y le enseñaré lo que sé. El pueblo tendrá un nuevo verdugo.
Publicado en Microhorror.com
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