Foto de Nanim Rekacz
No ha pasado media hora cuando Fernando Ramos se percata de que la película que está observando es su biografía. Su vida pasa de manera idéntica en cada escena y el guión es una adaptación exacta desde su infancia. Justo al final, comprende que la escena que está viendo es la misma que está viviendo: él, en medio del teatro, viéndose a sí mismo en un filme. La historia se repite una y otra vez. Fernando es actor y espectador a la vez. Sin pensarlo, ha quedado atrapado en una cinta interminable, protagonista de una película única, cíclica, infinita.
Tomado de http://estebandublin.blogspot.com/
Otro cuento de Esteban Dublín
http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/2009/02/abordaje-esteban-dublin.html
4 comentarios:
Macabro y al mismo tiempo fascinante. Muy bueno.
Maravilloso que te guste, Florieclipse. Un beso.
Sería interesante saber si ese de la pantalla es un clon, un hermano gemelo, un otro yo de hacía tiempo... de una vida paralela... las posibilidades son varias y queda en uno elegir la opción.
Por supuesto que sí, Nanim. Las posibilidades, como la película, son infinitas.
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