El torneo de tartas de carne del condado de Ghoulistown se celebró como cada año el primer domingo de primavera. Como ya venía siendo costumbre, lo ganó la viuda Ruth Bell Cognaghy. El éxito de su sabor era uno de los secretos mejores guardados. Ella sonrió al recibir el galardón. Aun le quedaban en el congelador muchos de esos pulpos con seis ojos que encontró en el contenedor con forma de platillo que cayó del cielo.
2 comentarios:
Mmmm... ¿algunas de esas grandes empresas que venden bebestibles o hamburguesas usarán de esos pulpitos'
Ese condado no es vecino de Roswell? Qué carne ni qué carne! Trampa, lisa, llana. Deberían prohibir esos torneos sin certificación de Bromatología... Muy bien contado, por cierto.
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