—Anda, come; nutre ese organismo, le dijo una amiga.
—Recuerda que ya no eres una sola persona, debes pensar por dos, terció la tía.
—Por favor, hija, mira cómo te estás poniendo, refunfuñó su madre.
—No, gracias, respondió María, mientras se frotaba el vientre. Me siento satisfecha, estuvo delicioso. Además, estoy llena de gracia.
3 comentarios:
El espíritu santo en todo momento!
Excelente.
Siempre amé a Swift como escritor y sigo pensando que es una fuente de inspiración inagotable. Bien resuelto.
Publicar un comentario