Uno debe tener cuidado con los colmillos, terriblemente venenosos, por no mencionar ese líquido innoble que supuran, su respiración llena de ácidos, sus dedos de espinas, el filo de sus ojos, o su voz capaz de rasgar cristales y órganos…
Pero aún así: que hermosas son las hadas.
Tomado de: http://zarate.blogspot.com/
1 comentario:
Belleza y bondad no tienen por qué ir juntas...y viceversa.
Me gustó, obviamente.
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