El trapecista pasa corriendo bajo los rociadores, se seca vigorosamente y se calza la malla de hombre de fuerza. Tras los aplausos regresa sudoroso para ducharse, secarse y disfrazarse de payaso. Unos minutos después repite entre carcajadas el mismo trayecto para vestirse de mago. Atrona la masa cuando retorna para ponerse el uniforme de domador y regresa de inmediato para meterse dentro del traje de león, ruge terriblemente en la arena y vuelve para convertirse en malabarista, y sigue corriendo para….
Imagen: Florist de Marcial Farfán
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