La calle que recorres siempre para ir a casa, la calle en la que jugabas de pequeño, te sientes seguro. No lo esperas, pues no sabes que hace una hora una mujer dejó a un hombre, ni sabes que él no puede soportarlo y que antes la mataría que dejarla con otro, y que ha bebido, y que cuando ella salió de casa, con un portazo, el bebió más, y cogió el cuchillo, y fue tras ella. No sabes que, justo en esa calle, la verás correr, sangrando, la abrazarás para que no caiga, y él detrás, fiero de rabia.
Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/
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