El guerrero medieval francés entró a la iglesia de Saint-Nicolas-du-Chardonnet arrastrado por su fe y desesperado por el dolor. Le pedía a su Dios que lo curara de esa voraz gangrena en la pierna izquierda que se disponía a acabar con su vida; a cambio de eso, prometía entregar toda su fortuna y todo lo que fuera necesario para lograr la sanación.
En los días siguientes el guerrero empezó a recuperarse y a olvidar su enfermedad mientras su fortuna también se esfumaba entre robos, quiebras, donaciones y saqueos. Muy pronto quedó reducido a la indigencia.Logró sobrevivir 127 años mendigando en el mercado, estoico, y quejándose de su Dios demasiado complaciente.
Tomado de: http://cuentominicuento.blogspot.com
Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo
3 comentarios:
Cuidado de lo que pides, que nunca se sabe quién nos escucha. Me gustó mucho este cuento.
Carmen Ruggero
Quien sabe... si no hubiera pedido nada a su dios tal vez todo hubiera ocurrido igual...
La fe le permitió achacarle al dios tanto su desgracia económica como su curación.
Buenísimo.
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