El Oscuro Señor del Oscuro Sitio se retiró a su siniestras dependencias. Incluso sus más curtidos siervos temían las nuevas maldades que podrían estar gestándose en su retorcida mente. Dentro de la habitación se escuchó un golpe y todos huyeron aterrados. Nadie vio a su Amo sentado en su butaca viendo la televisión, llorando y maldiciendo a la bruja que había matado a Blancanieves.
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