viernes, 1 de julio de 2011

Pobre vieja - Carla Dulfano


-¿Le compraste el remedio a la pobre vieja? –preguntó Sergio.
-Uy, se me pasó... en quince años es la primera vez que me olvido –dijo Silvina.
-Ni de tu propia madre te acordás.
-¿Mi madre? ¿Cómo? ¿No era la tuya?
-No. Yo la vi por primera vez el día que nos casamos; pensé que era tu madre. Estaba sentada al lado tuyo. Vos y yo nos conocíamos hacía dos meses…
-Yo pensé que era tu mamá, Sergio. Cuando nos fuimos de la fiesta la metí en el taxi porque vos le dijiste: "Vamos". ¿Te acordás que mi amigo Pablo nos ayudó a sentarla en el asiento?
-Si, el que se fue a vivir a París al día siguiente.
Un timbre interrumpió la conversación. Era el cartero. Llegó una postal.
-Es de mi amigo Pablo, desde Paris -murmuró Silvina-. Dice: "Gracias por cuidar a mi madre estos quince años"...


4 comentarios:

jurondan dijo...

muy entretenida tu historia! tierna...

montse dijo...

La costumbre del cuco a la inversa y ¿ en versión humana?

Lidia M. Domes dijo...

Y las otras madres? la de ella y la de él???

Siempre me sorprendés, Carla...

Un abrazo!

El Tonto de la Colina dijo...

Buena historia, si hasta parece real...