—¿Sabe alguien cuál es la figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho? —pregunta el profesor de literatura, temiendo que no va a recibir ninguna respuesta.
—Ahh, mmm, siiií, lo tengo entre los labios, en la punta de la lengua, casi puedo saborearlo —responde Marita, la chica más sexy de la clase, que parece conmovida por sacudidas sexuales.
—Está bien, señorita Sánchez, ¿va a decírnoslo? —el profesor muestra su evidente nerviosismo.
—Ahhhhhh, mmm, oh dios, siiiií, está a punto de llegarme, ¡me viene, me viene! —y la escena hace recordar a Meg Ryan en “Cuando Harry encontró a Sally"—. Me vino: ¡el pleonasmo!
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