Le bajo el cierre despacio y ella me deja ver, insinuante, lo que tiene debajo.
No sé cómo decirle que si estoy acá es solo por obligación, que no es momento para que nos acostemos, ni ha llegado la hora de pasar, una vez más, toda la noche a su lado en ese abrazo que tanto cuesta romper cada mañana.
Así que terminaré de desvestirla y me iré, dejándola desnuda y sola sobre la cama deshecha y ya fría...
Ojalá entienda que, de vez en cuando, toda almohada necesita que se le lave la funda.
Tomado del blog: http://olgalinares.blogspot.com/
Sobre la autora: Olga A. de Linares
Imagen: Melissa--Angel, de Artnsm en deviantArt
1 comentario:
Con cuánta maestría jugaste a la confusión. El erotismo de la almohada me pareció fascinante.
Enhorabuena, Olga. Un beso.
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